lunes, marzo 13, 2006

Lo que somos.

La gente que me conoce, sabe que muchas veces me detengo (figurada y literalmente) a pensar en muchas, alguna o cualquier cosa. Si bien mi trabajo como ingeniero de software tiene que ver con ideas abstractas acerca de cosas concretas que se basaron en abstracciones de alguien más, eso quiere decir que en general, me gano la vida digiriendo, generando y plasmando ideas. Muchas de las veces todo se queda en digestión y generación y nunca realmente se plasma en ningún lado, pero eso es algo de lo que ya hablaré (hablé) en otro post.

Ahora bien, el mundo es tan grande y tan complejo, y nosotros, como individuos, somos tan pequeños, que realmente hay muy pocas ideas inovadoras que podamos tener. La historia nos dice que lo que en su momento fue llamado innovador, no fue otra cosa que alguien tomando una idea ajena y que antes el mundo no aceptó, y el 'ingenioso' 'inventor' lo que termina haciendo es sólo convenciendo al mundo de que esa idea del pasado no estaba tan mal (sin mencionar que también intentan hacer olvidar que la idea es vieja (y de alguien más)).

Así pues, el otro día mientras veía un documental sobre la pandemia de la edad media en Europa, me quedé pensando en que sería muy difícil para mí descifrar el árbol genealógico de los abuelos de mis abuelos... y de sus abuelos... etc. para saber exactamente quién de mi familia sobrevivió (y quien no) a La Plaga. Realmente es muy difícil, al menos para mí, encontrar registros de mis familiares que vivieron en la segunda mitad del siglo XIX, considerar el XIV es algo que está mucho más allá de mi sana comprensión (suponiendo que tal cosa existiera) . Estoy seguro que mi familia no se generó espontáneamente en algún momento posterior a la Guerra de Independencia, ni tampoco apareció milagrosamente después de que la caída de Tenochtitlan. Sé que no desapareció con los Mayas porque... err... mmm ¿estoy tecleando?.

La verdad es que sería muy interesante poder rastrear a la familia hasta el año 4500 a.C. Eso nos podría dar una idea muy clara de qué y quién somos. Pero en vista de que ese es un ejercicio poco menos que imposible (existe la posibilidad de que alguien pudiera lograr reunir toda esa información (aunque más por azar que por dedicación)). Entonces llegué a la conclusión de que hay algunas preguntas que cualquier persona (generalizando, hay casos perdidos de los que no prometo nada) puede responder para conocer más de sí misma... para saber quien es.

La lista es tan sencilla como:

  • Somos el auto que conducimos
  • Somos el chiste del que reímos
  • Somos lo que observamos
  • Somos lo que no olvidamos
  • Somos lo que queremos olvidar
  • Somos lo que comemos
  • Somos lo que tomamos
  • Somos a quien amamos
  • Somos la música que escuchamos
  • Somos lo que soñamos mientras dormimos (por lo general no somos lo que soñamos cuando estamos despiertos, eso es algo distinto)
  • Somos lo que escribimos
  • Somos lo que leemos
  • Somos lo que sangramos
  • Somos lo que odiamos
  • Somos lo que jugamos
  • Somos lo que inventamos
  • Somos lo que compramos (no somos lo que vendemos)
  • Somos lo que creamos (no lo que destruimos)
  • Somos lo que pensamos
  • Somos lo que enseñamos (no somos lo que aprendemos)
  • Somos lo que lloramos
  • Somos lo que los demás recuerdan de nosotros (no lo que recordamos de los demás)
  • Somos el cielo que conocemos
Y la lista crece y crece... y extrañamente, mientras más crece, más nos damos cuenta de lo pequeños que somos... más nos damos cuenta de que, para el universo, no hace diferencia el que hayamos existido (nostros, o nadie de nuetra familia(todo el árbol genealógico, desde el Homo Algus hasta el Homo Webus (De WWW, no de poco trabajador))) o no.

Los grandes errores que cometemos y los grandes aciertos que tenemos, no lo son.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que bonito..