martes, noviembre 29, 2005

Paseo por México, segundo día

No todos los sueños son placenteros… hay sueños que no deberían ser, pues no hacen mas que recordarnos la posibilidad perdida de lo que ya no será. Hay otros sueños que nos advierten de lo que vendrá y nos amenazan con que esos eventos llegaran pronto, aún cuando no lo hagan. Venir a esta ciudad, y no hospedarse en un hotel del centro histórico, es como no haber venido

Realmente ésta no es una forma ágil de desarrollar software, pues no se sustituyen unos requerimientos por otros, sino que constantemente se agregan nuevos requerimientos, bajo esta perspectiva, es necesario llegar a un punto, un compromiso, en el que es necesario establecer qué es lo que se hará, y qué es lo que se pasará a la siguiente etapa. Pues esto ya está probado que siempre nos lleva a un punto de caos extremo en el que la aplicación toma el control tanto del cliente como de los desarrolladores. Lo importante es que debe haber un punto en el tiempo en que tanto los requerimientos como el diseño de la aplicación deben estar congelados… aún cuando es difícil, mientras más tiempo se mantengan congelados los requerimientos, aumenta la probabilidad de éxito del proyecto. Es responsabilidad del cliente y del equipo de desarrollo trabajar para lograr esto. Venir a esta ciudad y lograr que todo salga de acuerdo a los planes es como o no haber venido.


Es un trabajo de equipo, tanto del cliente como del equipo de desarrollo, el evitar que la aplicación se salga de control. Ambos equipos deben contar con las herramientas necesarias para mantenerlo bajo control, y también es necesario que cuenten con las armas para regresarlo a un estado predecible cuando el proyecto empiece a salirse… Supongo que el control es una utopía, pero en el triunvirato cliente- aplicación-equipo de desarrollo quien no debe tenerlo en ningún momento es la aplicación. Pues cuando esto sucede, tanto el cliente como el equipo de desarrollo terminan haciendo cosas que no quieren, y lo peor, que no se necesitan. Una aplicación obtiene conciencia en un momento inesperado, y es capaz de someter a un equipo de desarrollo que no esté preparado para lidiar con ella. Venir a esta ciudad y no observar lo que está mal, es como no haber venido.

¿Por qué razón una fotografía dice mucho a quien la tomó, y no necesariamente dice algo a quienes la observan? ¿En qué consiste esa habilidad de los buenos fotógrafos para captar el momento y transmitir la emoción de la fotografía intacta a la audiencia? Venir a esta ciudad, y no ser testigo de una fotografía siendo tomada, es como no haber venido.

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