jueves, enero 05, 2006

Victoria

Hace 3 horas salí de trabajar, me sentía tan cansado y abrumado por las tareas que estoy haciendo estos días, que lo último que quería era pasar los 40 minutos de embotellamiento que hay entre la casa y la oficina.

Así pues, decidí hacer una pequeña escala en la pista de go-karts. No estaba seguro de correr, pero estaba seguro que al menos iba a ver a quienes estuvieran ahí.

Cuando llegué y comenté que quería correr, me dijeron "Claro que sí, ¿cuántos son?" y cuando yo respondí que nada más era yo, casi se burlaron de mí y me dijeron que había 2 grupos antes. y que si quería correr tendría que esperar media hora.

Afortunadamente había un grupo de 4 jóvenes que se acababan de bajar de los karts y querían volver a competir. Rápidamente me acerqué a preguntarles si podía competir con ellos. Accedieron.

Ya sólo había un grupo antes que nosotros, pues el otro grupo estaba esperando a alguien que faltaba por llegar. Yo estaba temblando, no sé si de frío o por adrenalina. Hacía mucho que no competía contra extraños. Caminaba de un lado a otro y lo único que hacían mis piernas y brazos era temblar. Era tan evidente, que pude observar a otras personas darse cuenta de mi estado alterado, no estoy seguro de que ellos se fijaran que yo me estaba fijando en ellos... al menos tenía algo de control sobre mis acciones todavía.

Pasaron los 15 minutos del grupo que estaba en la pista, que para mi fueron como una eternidad, y al acercarme al auto, me di cuenta que el temblor desaparecía. En ese momento éramos sólo el kart y yo. Teníamos una competencia por delante y era lo que estábamos a punto de enfrentar.

Por la forma en que escogieron sus autos, me tocó hasta adelante. Al salir a la pista, como es costumbre, dejé pasar a todos, para iniciar desde último lugar. Después casi me arrepentiría de haberlo hecho.

Correr contra esos 4 muchachos fue algo complicado, pues aún cuando cada uno de ellos tenía una técnica de conducción diferente, para mí era muy difícil saber desde el inicio quienes iban a ser los favoritos.

Después de las primeras 2 vueltas yo aún seguía en último lugar. En ese momento casi maldigo el orgullo que me impide iniciar una competencia si mis contrincantes no tienen una ventaja, pero para la vuelta 3, encontré la forma de pasar a 2 de ellos, casí en el mismo movimiento de izquierda a derecha, el conductor que en ese momento iba en primer lugar, patina y hace un trompo de 180° y queda a la mitad de la pista. Todo mundo lo evadió por donde pudo y sopresivamente me encontré en primer lugar. Apenas había transcurrido una tercera parte de la carrera, y ésta ya había caído hacia mí.

Casi sin tener que hacer ningún esfuerzo, me encontré en primer lugar, el cual mantuve por los siguientes cinco minutos, hasta que uno de ellos me pasó cuando yo frené demasiado tarde para una curva lenta. Ese error me costaría muy caro, pues esa curva guía a una sección de aceleración a fondo de más de 20 segundos, por lo cual otro de los jóvenes se pudo poner a mi lado durante la recta más larga y comprometió enormemente mi posición de frenado para la última curva de la pista. Ahora me encontraba nuevamente en tercer lugar. Los seguí durante un par de vueltas y descubrí que en la curva en S yo era más de un segundo más rápido que ellos y que era en las curvas fáciles donde yo era demasiado precavido y por lo tanto más lento. Faltando unos 4 minutos para que terminara la carrera, y al aproximarme a la S intenté un movimiento muy optimista con el objetivo de pasar a uno de ellos, pero en vez de eso, terminé en el pasto en una dirección que me hizo perder más de 5 segundos, tan sólo para volverme a incorporar a la pista. Para el final de esa vuelta ellos me llevaban 10 segundos de ventaja. Y con tan sólo 4 vueltas por correr, parecía algo difícil de superar.

Me propuese hacer todo lo que estuviera en mis manos para alcanzarlos lo más pronto posible, e intentar forzarlos a cometer un error. En ese momento ya no había mucho que perder, pues el cuarto y quinto lugar se encontraban más de media vuelta a trás.

Faltando 3 vueltas y la ventaja se había reducido a tan sólo 7 segundos, había dado la vuelta tres segundos más rápido que ellos. Mi vuelta más rápida hasta ese momento.

Faltando 2 vueltas, la diferencia era de sólo 5 segundos. Cometí un pequeño error que me costó poco más de 1 segundo.

Faltando 1 vuelta y ellos acababan de lapear a los lugares cuarto y quinto, eso me ayudó a que la ventaja se redujera como a 2 segundos, pero en mi última vuelta, si quería ganar, no sólo tenía que superar 2 segundos de desventaja y pasar a 2 autos que hasta el momento no había podido pasar en circunstancias normales, sino que todavía me faltaba lapear a los 2 rezagados, que por la velocidad a la que estaban corriendo, casi estoy seguro que los alcanzamos porque tuvieron algún accidente, pues eran todo, menos lentos. Para lograr lapearlos tuve que hacerlo en dos curvas consecutivas, conduciendo en ambos casos por el exterior y esperando al final de la curva para pasar al interior de la recta siguiente y ganarles la posición para la siguiente frenada. Casi ni perdí tiempo al lapearlos, pero el tiempo se estaba terminando.

Faltaban 2 curvas y el primero y segundo lugar todavía me llevaban más de 1 segundo de ventaja. ¿A caso sería esa la primera derrota que sufriera corriendo en autos con circunstancias iguales?. Sí.

Terminé en tercer lugar, tan lejos y tan cerca de haber ganado, pero a final de cuentas, perdí. Ya antes había perdido varias carreras de karts, pero nunca por un error de conducción, casi siempre era por disparidad de maquinaria. Esta vez no fue así.

Hoy aprendí que para mejorar, necesito correr contra otras personas más experimentadas. Si algún día, alguien con quien anteriormente competí en los Karts lee este blog, por favor no me lo tome a mal. Dentro de mis amigos hay gente muy rápida, casi tan rápida como mis hermanos, quienes son muy difíciles de vencer, pero a todos con los que he competido, de una u otra manera, les tengo tomada la medida, y así es más fácil vencerlos. Por eso necesito nuevos retos, necesito ser derrotado con más frecuencia para poder superarme y ser mejor. Con la derrota de hoy, he crecido más que con el triunfo de la semana pasada. Y eso es una pequeña, pero importante, victoria.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que pasa, Xig, es que no hemos corrido en circunstancias iguales: yo en un McLaren y tú en un Kart con un brazo amarrado a la espalda :P

Xig dijo...

Vamos por partes, supongamos que Ron Dennis nos presta el McLaren; también supongamos que lo podemos llevar al kartódromo. Demos por hecho que se puede manejar el F1 en esa pista tan angosta... Con tal de decir que competí contra un McLaren, yo pierdo cuando sea.