miércoles, enero 18, 2006

Driving Force Pro

1998 fue un año que recordaré como un año de muchos cambios. En ese año ocurrieron tantas cosas que definen lo que soy actualmente, como:
  • Empecé a conducir el Phantom, en el cual viví tantas experiencias.
  • Me fracturé el peroné derecho, justo en el tobillo, al sufrir la caída más leve que en mi vida sufrí en una bicicleta de montaña. Herida de la cual hasta hoy no me he recuperado por completo, en parte por no haber querido ir a rehabilitación.
  • Mi edad dejaría de tener como primer dígito el número 1. Estadísitcamente más del 30% de las cifras inician con el número 1. Mi edad no volverá a cumplir con esa condición hasta 2078. Estadísticamente falta mucho.
  • Iniciaría nuevamente a ver la Fórmula 1, lo cual no hacía desde 4 años antes.
  • Anita, quien hoy es mi esposa, llegaría a vivir a la misma ciudad que yo. Aunque en ese entonces no nos veíamos tanto.
  • Tendría mi segundo negocio, aunque menos efectivo que el primero, de renta de juegos de video.
  • Dejaría de dedicarle tiempo a muchos de los juegos para hacerle espacio a el Gran Turismo de Polyphony Digital.

8 años después y puedo decir sin temor a equivocarme, que yo ya no soy un jugador normal de esos que se obsesionan con cada título nuevo que va a salir al mercado. Prácticamente lo único que juego es el Gran Turismo.

En 1998, Conexión64 (mi segundo negocio de videojuegos) tenía una copia de la creación de Yamauchi-San. Y estando en el 'negocio' lo único que hacía: jugar Gran Turismo.

En diciembre de 1999 cuando salió el GT2, yo estaba ahí para comprarlo a los pocos días de su lanzamiento

En 2003 (2 años después de que saliera) compré el GT3, el cual jugaba en el PS2 de mi hermano, porque yo no tenía la consola.

En 2005, compré el GT4, al día siguiente de que llegó a Zacatecas.

Definitivamente yo no me obsesinaba con cada novedad que saliera al mercado de los juegos de video... que no iniciaran con GT y terminaran con un número. En fin, mi PlayStation ya fue renombrado a GTStation y con justa razón.

Algo de mi gusto por los automóviles y mi gusto por los videojuegos hicieron que todo convergiera a esos títulos. Y es que la combinación de realismo, la cantidad de automóviles, de pistas y hasta la música, hacen de esos juegos todo un placer para quienes nos gustan los autos. Sólo que por lo general cuando manejamos, usamos un volante y no un stick de un control, y eso le quita algo de realismo que difícilmente se puede obviar...

Para la versión 3 del juego, Logitech desarrolló un volante con Force Feedback, el cual llamó: Logitech Driving Force. En esos tiempos yo no tenía ni la consola, ni el dinero para comprarlo. Luego, para la versión 4, Logitech desarrolló la segunda versión del volante, el Logitech Driving Force Pro. Tuve la precaución de endeudarme para adquirirlo y oh! cambió mi forma de ver el juego.

Con sus 900° de giro, y la Force Feedback que realmente tiene fuerza, el juego recibe una nueva dimensión de profundidad. Se nota que el desarrollo del hardware y del software fueron de la mano. Pues se puede sentir mediante el volante el momento en que las llantas pierden tracción y se puede sentir cuando la recuperan. Es lo más parecido manejar un auto real sin estar manejándolo. El Ford Ka del juego siempre se sintió semejante al de la vida real. Con el Driving Force Pro. Se siente prácticamente igual. Incluso, bajo el estado de concentración adecuado, se puede olvidar que se está frente a un televisor y no en un auto real corriendo a 210 kmh en la famosa 130R de Susuka

Mis respetos para Kazunori Yamauchi por la creación de un juego que me permite cumplir mis sueños no alcanzados de correr automóviles. Y gracias a Logitech, por hacer que la experiencia sea más realista.

Hubo un tiempo en que jugaba el GT en turno, aproximadamente 20 horas a la semana, hoy difícilmente juego 4 horas al mes. Mis obligaciones han cambiado mucho. Supongo que algún día tendré más tiempo para todo eso (aunque sé que no será así, pero quiero tener la esperanza). Tengo 5 meses atorado en una misión que consiste en ganarles a 5 autos de Mercedes (incluyendo el legendario SL-300) en una vuelta al Nurburgring Nordschleife (de 21 kms) dándoles 2 minutos de ventaja y conduciendo el ya mítico SLR-McLaren. Con la poca dedicación de estos días tal vez nunca pase esa misión, pero en este momento el DFP y yo vamos por una oportunidad más.

1 comentario:

Xig dijo...

mmm... la TV estaba ocupada...