Un día como hoy, de hace 12 años, aproximadamente esta hora, tuve el accidente automovilístico más grande en el que he estado involucrado.
Básicamente me dejé llevar y fui más allá del límite. Intentando demostrarme que todo estaba bajo control, dejé escapar el auto y la situación. Afortunadamente sin consecuencias más allá de las materiales. Sin embargo sería tonto decir que no me afectó, pues las cosas cambiaron sustancialmente después del accidente... en cierta forma intentaba huir de un destino al que me dirjí directa y velozmente. De hecho si aún llevara registro de las causas y eventos que surgieron ese día, podría rastrear consecuencias en las cosas que aún hago hoy día con día.
Este año no voy a describir con lujo de detalles qué fue lo que ocurrió y no porque ya no lo recuerde, sino porque hay cosas que no vale la pena recordar. Tal vez el próximo año, o el año que le sigue describa con más detalles lo que ocurrió, mientras tanto, sólo voy a tratar el tema como un recordatorio de lo fácil que podemos forjar nuestro destino y lo fácil que lo podemos perder...
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