sábado, septiembre 08, 2007

Nissan Tiida Sedan Custom

Cuando el mercado automotriz Mexicano ofrece tantas opciones, lo menos que podemos hacer cuando estamos en busca de un auto no irnos con la primer opción que encontramos o con el primer auto que nos gusta, o con el que todo el mundo tiene en la cabeza.

El Tiida, como muchos otros autos de esta generación, parecen mucho más grandes por dentro de lo que aparentan por fuera. Los asientos traseros son muy cómodos y los delanteros no se quedan muy atrás.

En cuanto a la conducción, desafortunadamente parece que en vez de llantas flota sobre nubes, además de que no cuenta con ABS sino hasta la versión más equipada. La sensación de manejo es extraña, siendo pariente cercano del Clio III, lo menos que esperábamos es que fuera un poco más firme y precisa. Sin embargo, hacer un doble cambio de carril izquierda-derecha, a 50 kilóemtros por hora, inmediatamente desestabiliza el auto. De hecho, al ser tan alto, de inmediato se siente como la parte inferior del carro inicia su recorrido hacia la izquierda y la parte superior pretende mantenerse en línea recta, body roll.

El estéreo es de CD pero sin codec MP3 ni soporte para iPod, el aire acondicionado enfría adecuadamente la cabina, y los espejos laterales son de ajuste eléctrico. Cualquier otra comodidad que requieras, necesitarías instalarla por separado o bien, intentar las versiones más equipadas.

No estaba seguro de querer un Nissan, pero como lo había mencionado anteriormente, con tantas opciones en el mercado, es obligado ir a ver más de una. Después de la prueba de manejo, me di cuenta que sigo sin querer un Nissan.


¿Por qué sí?
Espacio interior.
Cajuela.
Transmisión manual de 6 velocidades.

¿Por qué no?
Sin Bolsas de Aire ni frenos ABS en la versión Custom.
Suspensión demasiado blanda.
Ligeramente arriba de presupuesto.


Nissan Tiida Sedan Custom 2007
Motor: 1.8 litros DOHC 125 HP
Transmisión: Automática 4 velocidades
Llantas: 185/65 R15
Aire Acondicionado: Manual
Frenos delanteros: Discos Ventilados
Frenos traseros: Tambor
ABS: No
Bolsas de Aire: No
Precio: $161,500

viernes, septiembre 07, 2007

Seat Ibiza Blitz


Como parte del proceso de sustitución del Escort, y como ya lo había prometido en posts anteriores, he comenzado con la tarea de hacer pruebas de manejo.

A primera vista, el Ibiza se ve como un auto común, tan común como cualquier otro. No hay que olvidar que para el no conocedor todos los autos son iguales y que muchas veces no se da cuenta que hay unos autos más iguales que otros (¿Es ese un Leon? ¿Es un Altea?). Es algo de lo que ha padecido la marca española, pues he encontrado más diferencias entre las casas clónicas del fraccionamiento donde vivo que entre el Altea (Mini van compacta) y el Leon (Hatchback compacto).

El Ibiza claramente tiene un diseño distinto al de sus hermanos mayores, y aún cuando es el más pequeño de la familia Seat, con un costo que inicia en $145,500.00 (9/2007), está lleno de amenidades que por lo general no se esperan de un subcompacto.

¿Por donde empezar?, tal vez por el tablero que enciende en color rojo (ventaja de hacer la prueba de manejo por la noche). O los cristales eléctricos en las cuatro puertas y quemacocos también eléctrico, todos con sensores de presión para evitar arrancarte la cabeza o el brazo (ver video del Sport Ka).

Y podemos hablar las direccionales de un toque es decir que al subir o bajar la palanca levemente, las direccionales prenden 3 veces y luego se apagan sin necesidad de girar el volante. O del Estero CD MP3/WMA, que para mi gusto debería ser obligado en todos los vehículos, y el upgrade debería ser uno con lector de DVD para traer al menos 4.7GB de música.

Además cuenta con seguros eléctricos que se activan al estar en movimiento, bolsa de aire para el conductor y control remoto con apertura de las 5 puertas.

Algo verdaderamente fancy, que recuerdo haber visto por primera vez en vivo en el Civic del Rod es que se pueden cerrar los cristales y quemacocos desde el exterior; para hacerlo, se inserta la llave en la chapa de la puerta del conductor y se gira a la izquierda. Girándola en el otro sentido, abre los cuatro cristales, sin abrir el quemacocos, lo cual supongo es por seguridad para que no se vaya a mojar el interior si está lloviendo (en cuyo caso ¿qué sentido tendría abrir los 4 cristales?(¿No sería mejor abrir la puerta y subirte para dejar de mojarte?)). Y por si esto no fuera sufuciente, una vez que bajas los cristales de esta forma, se activa un sensor que al meter la mano por la ventana (para arrebatarle su paleta a Evelyn), activará la alarma (la cereza del fancy pastel).

El espacio para pasajeros es comparable con el del Escort, pero hay que considerar que el asiento trasero, al ofrecer un pseudosoporte lateral pseudodeportivo, compromete la comodidad de los pseudopasajero del centro, pues la parte central del asiento está ligeramente levantado y tiene bordes para ofrecer soporte lateral a los otros dos pasajeros.

Esto me lleva a que el Ibiza está muy bien ambientado como auto deportivo, pues además de los asientos, el velocímetro marca la nunca despreciable velocidad de 260 kilómetros por hora. Aunque la verdad es que dudamos que llegue a más de 190.

Sin embargo, al conducir el auto no se siente ese punch al presionar el acelerador estando en primera, supongo que se debe a que la transmisión tiene cambios un poco largos (para ahorrar combustible, tal vez) lo cual en cierta forma, elimina parte de la deportividad de la conducción. Tal vez revolucionando el motor se le pueda obtener algo de diversión, pero fue algo que no pude hacer, pues Evelyn me acompañaba, pero no su silla para auto.

Tengo que reconocer que Evelyn tendrá muy buen ojo para los autos, pues estaba fascinada con el quemacocos (se asomó para saludar a su mamá) y con las luces rojas del tablero. Dentro de unos años podré confiar en su opinión para decidirme por el siguiente Xigmóvil.

Regresando al auto, inicialmente pensé que la suspensión sería dura, y sin embargo es relativamente cómoda, absorbe las irregularidades del camino y en cierta forma el volante se siente un poco desconectado de lo que ocurre bajo las llantas. No necesariamente es grave, pero realmente creí que el auto tendría un comportamiento más divertido que el del Ka o el del Clio (el optimista y sus amigos).

Hay que considerar que la cajuela tiene bastante espacio para ser un subcompacto hatchback, más que el Clío (lo cual implica que también tiene más espacio que el Ka o el Yaris). Y esto le aumenta mucho su valor si también se quiere utilizar como un auto familiar (Suponiendo que Anita y Evelyn me quieran invitar a pasear en él (el optimista y sus amigos)).

El auto en sí, me parece que presenta una adecuada relación valor precio, no obstante, el vendedor nunca me iba a decir que habrá un Ibiza completamente nuevo para 2008. Esperemos que en el Autoshow de Frankfurt lo podamos ver y no terminar en: ¿Es un Leon?, ¿o un Altea?, ¡No! es el nuevo Ibiza.

¿Por qué sí?
Nivel de equipamiento.
Espacio de cajuela.


¿Por qué no?
Refinamiento del motor.
Sin ABS y Bolsa de aire sólo para conductor.
Nuevo Ibiza para 2008.

Seat Ibiza Blitz 2007
Motor: 1.6 litros SOHC 100HP
Llantas: Firestone 195/55 R15
Frenos Delanteros: Disco ventilados
Frenos Traseros: Disco
ABS: No
Bolsas de Aire: 1 Conductor
Puertas: 3/5

miércoles, septiembre 05, 2007

iPod Touch

Apple acaba de presentar el nuevo iPod Touch. La pantalla touch screen al estilo iPhone parece que le añade una nueva dimensión de funcionalidad a un dispositivo que ya era lo suficientemente amigable.

¿Será a caso éste el primer iPod que pertenezca al Xig Promedio? Hasta el momento, tiene muchas posibilidades. Mangengámonos sintonizados para ver cómo la vida decide lo contrario.

lunes, septiembre 03, 2007

Desconocido

Siempre hay pequeños momentos de nuestra extroversión que deberían permanecer inhibidos. Pues tarde o temprano estaremos exponiendo algo que no podrá volver a ocultarse ante los demás.

Y más cuando el motivo de la extroversión nos es involuntariamente invisible y por lo tanto, para el observador externo, es incongruente.

Tarde o temprano, todos, somos alcanzados por las consecuencias de la incongruencia. Y muchas veces, si no discernimos nuestro rol en la complicada red de eventos, llega el momento en que nos convertimos en el motivo de la consecuencia.