miércoles, abril 12, 2006

119 segundos

Debido a razones laborales, y a diversas actividades atribuíbles al próximo nacimiento de mi hija, he estado más alejado de la web que de costumbre. De hecho, he estado tan absorto en mi mundo, que hasta hoy en la mañana me di cuenta que es Semana Santa. Ya se me hacía raro que hubiera tan poco tráfico en las mañanas para ir al trabajo.

Bueno, el caso es que después de un día pesado en el que, estuve pelando con unos jscripts y unos controles de infragistics, decidí irme antes de que la oficina quedara vacía.

Para ser las 10 de la noche, había poco tráfico en la ruta que tomo para ir a la casa. Que es, de Morones Prieto a Humberto Lobo, de ahí a Rogelio Cantú, para llegar a Rangel Frías. Es decir, subo y bajo el cerro.

Aprovechando que el tráfico estaba bien fluido, aproveché para subir el cerro con ritmo, aproximadamente a 110 kmh, y es que si se sube más rápido, o se deja que el auto cambie de tercera a cuarta, inmediatamente la velocidad disminuye casi hasta detenerse. Hay que recordar que el Escort ya tiene su historia, a pesar de tener sólo 7 años de edad.

El auto me agradeció cuando terminó la subida y lo dejé respirar un poco, en ese momento, al pasar a un lado del City Club, íbamos a una cómoda velocidad de 100 kmh, por el carril de alta (sólo son 2 carriles), cuando un auto, acercándose como a 130 kmh desde atrás, empezó a cambiarme las luces para que me hiciera a un lado.

Por un momento pensé, "si quiere pasarme le va a costar", pero una revisión al retrovisor y ver los faros de alta refracción y los faros de niebla, además del poco 'lancheo' que presentaba en los baches, me hizo darme cuenta que era un auto más deportivo que el Escort (lo cual no es mucho mérito).

Mientras ese auto seguía acercándose, amablemente puse la direccional y empecé a cambiar al carril de la derecha, dejando el carril izquierdo libre. También pisé el acelerador hasta el fondo, esperando que el Escort pudiera acelerar lo suficientemente rápido para que el otro auto no me pasara y se perdiera en la distancia.

Cuando se puso a mi lado, pude ver que se trataba de un Seat León anterior a éste año. Intentó pasarme, pero la curva a izquierda que seguía tiene baches muy traicioneros, y frenó para ponerse atrás de mí mientras librábamos los baches. Luego, en la siguiente curva que en realidad son 2 curvas como de 60 grados unidos por una recta de unos 20 metros, cambió al carril izquierdo e intentó pasarme por afuera. Las llantas del Escort gritaban por más tracción, las llantas del Leon casi ni se inmutaban. Afortunadamente los cambios de elevación del pavimento durante la curva, y el hecho de que a partir de entonces empezaba el descenso, hicieron que pudiera mantenerme al frente por la línea interior, no íbamos tan rápido, tal vez a 90 kmh, y a pesar de que he corrido el Escort con mejores llantas, no iba a permitir que un auto me pasara por afuera durante un descenso.

La siguiente recta de 300 metros mostró la diferencia de potencia entre los 2 autos, pues inmediatamente se puso a mi lado y me pasó. Desafortunadamente, las siguientes 2 curvas a la izquierda eran a la izquierda, así que si quería tener oportunidad de mantenerme al frente y por la línea exterior, tendría que entrar a la curva mucho más tarde que él, tendría que exigirle a los frenos para disminuir la velocidad hasta el último momento. La tracción por el carril izquierdo en esas dos curvas es bueno, pues el pavimento está rayado con ese objetivo, sin embargo, los frenos del Escort ya están en las últimas además de que en ese momento me di cuenta que a la llanta delantera derecha tenía poca presión de aire. A pesar de que frené tarde, y tomé la primer curva casi con un auto de ventaja, durante los siguientes 3 segundos el León se recuperó, y salí de la segunda curva con desventaja.

De ahí, seigue el descenso en forma casi recta por los siguientes 500 metros, y el León no hacía más que poner distancia de por medio. Y la curva final, antes de entrar en civilización otra vez, es a la derecha, pero con un ápex muy truculento, pues cerca del apex existe una ondulación que saca de balance al auto para la salida de la curva. El Seat disminuyó la velocidad como a 110 KMH y pude acercarme aguantando la frenada, pude acercarme lo suficiente para evitar que tomara el apex con tranquilidad. Pero al hacerlo, también comprometí mi trayectoria durante la curva: ¡Me había metido en problemas! al tomar la ondulación en la curva final, el Escort tuvo una respuesta de subviraje-sobreviraje y casi podía sentir como le iba a pegar al León, afortunadamente, el carril derecho en esa parte desciende rápidamente (podemos decir que la curva tiene peralte negativo) y el León también sufrió de un poco de subviraje, que me dejó espacio para meter al Escort en la línea.

A partir de ahí, se podía ver el semáforo a 300 metros, y sería una carrera con el acelerador a fondo. En ese momento, el verde intermitente nos indicó que estaba por cambiar. Y aún cuando ambos pudimos haber acelerado y pasar justo antes de que cambiara, no lo hicimos, frenamos normalmente y nos detuvimos tranquilamente frente a la luz roja.

Un minuto después, cuando el verde estaba listo para marcar el reinicio, la carrera de menos de 2 minutos terminó con un saludo-despedida entre dos extraños corriendo sus autos en una avenida sin tráfico de la ciudad de Monterrey.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mmmmmmmmmmmmh, recuérdame no echarte las luces cuando vayamos en carros diferentes.

Ekkaia dijo...

Después de repetir el mantra teléfono-bomba-comics podría unirme a la comunidad de "no echarte las luces" tan solo por el hecho freak con el que has descrito cada elemento del trayecto.

De mi experiencia me quedan pocos momentos decentes contra un regio... la mayoría tiene la estúpida propensión natural a frenar durante la curva.

Fuera de la discusión asumo podrías recomendar un tramo que sea disfrutable manejar pues ya viene en camino mi carro :D... estimo llegara como para el 2007 ( pues el trayecto Chiapas-Monterrey con 27 escalas debe tomarles tiempo) pero tengo fe en encontrar un tramo de carretera que emule la felicidad de la sierra de Chiapas.