Para variar, en esta vida de Ingeniero de Software/Speed Racer, las desveladas y las altas velocidades son el pan de todos los días. Esa noche de diciembre no sería la excepción. Para poder ir a Zacatecas durante las fiestas decembrinas, tuve que estar muchos días trabajando a marchas forzadas, era normal que dieran las 3 ó 4 de la madrugada aún trabajando y para las 8am ya estaba de regreso en la oficina después de haber dejado a Anita y a Evelyn en trabajo y guardería respectivamente. Esa noche, ellas llegaron por mí a la oficina a la 1:00am y para la 1:30 estába rascando la ventanilla del drive thru del Carl's Jr. para que me alimentaran. No lo hicieron.
A las 2:00am ya había llenado el tanque de combustible y había comprado mi ración de comida chatarra que no puede faltar durante un viaje nocturno, además de una Coca Cola de 1 litro y un mítico y poderoso Red Bull. ¡Y a iniciar el viaje!.
El setting mental era el siguiente: "no importa lo que falte de camino, al primer indicio de que tenga sueño, me detengo a descansar un rato". 150 kms/hr y a las 6:01am estaba terminando de estacionar el Swift afuera de la casa de mi suegros. Una de mis grandes imprudencias (y eso que esta serie de posts está llena de ellas) pues viajaba mi familia conmigo. El sueño sólo durmió a esa parte de mí que hace el esfuerzo sobrehumano de no permitirme conducir siempre con el acelerador hasta el fondo.
A las 2:00am ya había llenado el tanque de combustible y había comprado mi ración de comida chatarra que no puede faltar durante un viaje nocturno, además de una Coca Cola de 1 litro y un mítico y poderoso Red Bull. ¡Y a iniciar el viaje!.
El setting mental era el siguiente: "no importa lo que falte de camino, al primer indicio de que tenga sueño, me detengo a descansar un rato". 150 kms/hr y a las 6:01am estaba terminando de estacionar el Swift afuera de la casa de mi suegros. Una de mis grandes imprudencias (y eso que esta serie de posts está llena de ellas) pues viajaba mi familia conmigo. El sueño sólo durmió a esa parte de mí que hace el esfuerzo sobrehumano de no permitirme conducir siempre con el acelerador hasta el fondo.
2 comentarios:
¿Ya te había dicho que me das miedo?
Sí... a mí también me pasa... bueno: pasaba
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