Algo debe estar bien con el Xig Promedio cuando siente una alegría infinita al haber encontrado un diskette que creía haber perdido hace años.
Ahora sólo me falta encontrar el Roller del Optimus Prime que se llevó la inundación del verano de 1990.
Muchas veces intentamos llevar nuestra vida desprendidos de las cosas materiales, tratando de dar poca importancia a los artefactos y cosas que nos rodean, la verdad es que es muy difícil, y siempre terminamos otorgando un valor a los objectos que nos acompañan.
Creamos un lazo que la mayoría de las veces es dificil de romper (para nosotros, al objecto ni le cuesta). Las cosas que nos pertenecen y que sólo nosotros utilizamos, nos hacen establecer la relación de nuestro presente con nuestro pasado, y en cierta forma nos ayuda a entender a un nivel muy personal, el alcance y el rol que puede tener nuestra existencia. Son nuestro marco de referencia.
La mayoría de esos objectos inanimados tienen mucha probabilidad de superar nuestra existencia y, en algunas circunstancias, incluso superarán nuestra memoria.
No pretendo decir que lo importante son las cosas materiales, de hecho la interacción entre las personas es fundamental, pues a final de cuentas, no somos más que los rincones de memoria que habitamos en los demás. No obstante, debemos aceptar que no podemos permitir que nuestra existencia esté definida sólo por las personas que nos conocen. Pues al final del tiempo, nuestra vida llega sólo tan lejos como llegue la última persona que nos conoció y, muy importante, nos recuerda.
Y existen los registros, y ahí está nuestra fascinación cada vez que vemos objetos que pertenecieron a personas que vivieron hace décadas o incluso cientos o miles de años. No podemos más que preguntarnos por todo lo que habrá vivido aquella persona, imaginamos cosas que pudieron haber ocurrido algún día específico de su vida. Ya en otra ocasión hablaremos de la sensación o ansiedad de querer ser alguien más.
Y bueno, el hecho de haber encontrado el diskkette, sería inútil si no hubiera funcionado, a final de cuentas ese era sólo el contenedor, afortunadamente los archivos aún estaban ahí, y todos en perfecto estado. Hace algunos años cuando me di cuenta que no estaba, tal vez hasta perdí una noche de sueño. También sucedió cuando falló el disco duro de mi primer computadora, todo lo que ahí había y que no tenía respaldo, simplemente desapareció.
Ahora sólo me falta encontrar el Roller del Optimus Prime que se llevó la inundación del verano de 1990.
Muchas veces intentamos llevar nuestra vida desprendidos de las cosas materiales, tratando de dar poca importancia a los artefactos y cosas que nos rodean, la verdad es que es muy difícil, y siempre terminamos otorgando un valor a los objectos que nos acompañan.
Creamos un lazo que la mayoría de las veces es dificil de romper (para nosotros, al objecto ni le cuesta). Las cosas que nos pertenecen y que sólo nosotros utilizamos, nos hacen establecer la relación de nuestro presente con nuestro pasado, y en cierta forma nos ayuda a entender a un nivel muy personal, el alcance y el rol que puede tener nuestra existencia. Son nuestro marco de referencia.
La mayoría de esos objectos inanimados tienen mucha probabilidad de superar nuestra existencia y, en algunas circunstancias, incluso superarán nuestra memoria.
No pretendo decir que lo importante son las cosas materiales, de hecho la interacción entre las personas es fundamental, pues a final de cuentas, no somos más que los rincones de memoria que habitamos en los demás. No obstante, debemos aceptar que no podemos permitir que nuestra existencia esté definida sólo por las personas que nos conocen. Pues al final del tiempo, nuestra vida llega sólo tan lejos como llegue la última persona que nos conoció y, muy importante, nos recuerda.
Y existen los registros, y ahí está nuestra fascinación cada vez que vemos objetos que pertenecieron a personas que vivieron hace décadas o incluso cientos o miles de años. No podemos más que preguntarnos por todo lo que habrá vivido aquella persona, imaginamos cosas que pudieron haber ocurrido algún día específico de su vida. Ya en otra ocasión hablaremos de la sensación o ansiedad de querer ser alguien más.
Y bueno, el hecho de haber encontrado el diskkette, sería inútil si no hubiera funcionado, a final de cuentas ese era sólo el contenedor, afortunadamente los archivos aún estaban ahí, y todos en perfecto estado. Hace algunos años cuando me di cuenta que no estaba, tal vez hasta perdí una noche de sueño. También sucedió cuando falló el disco duro de mi primer computadora, todo lo que ahí había y que no tenía respaldo, simplemente desapareció.
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