viernes, enero 22, 2010

9 Viajes que no debí haber sobrevivido y que (necia y obviamente) sobreviví. Parte 4

Guadalajara, Jal. a Guadalupe, Zac. 310 kms, 2hrs 55 minutos () Noviembre 2003. Ford Escort.
Había pasado todo el día (y el anterior) capacitando en el sistema a gente que no quería ser capacitada, es decir, ellos iban a impartir el curso al resto de los usuarios, pero mientras yo les explicaba, no ponían de su parte. Sin desayunar por llegar a tiempo a una cita a la que no todos le dieron la misma importancia. Sin comer por andarnos moviendo de un lado a otro de Guadalajara y huyendo de gentilezas de las cuales no nos vamos a acordar ni aquí ni ahora.

Pronto se hicieron las 10 de la noche, uno de mis capacitados fue lo suficientemente atento como para robar de mi auto la factura del hotel donde pasé la noche (obviamente no me di cuenta sino hasta muy tarde). Pensé en llegar a comprar una hamburguesa al Burger King: ¡Cerrado!

Eran tantos los indicios de que eso no terminaría bien, que decidí irme y desayunar/comer/cenar en casa en Zac. (porque obviamente esa era una mejor alternativa que los 20 puestos de deliciosos tacos que me topé entre el Burger King y la salida a Zacatecas (algo que obviamente mi estómago no aprobó(prero tenía que demostrarle quién estaba a cargo))). Cuando menos me di cuenta, estaba jugando en las curvas de montaña que hay entre Guadalajara y Jalpa. Acelerando y frenando a fondo. Peleando con subviraje y sobreviraje (¡algunas veces en la misma curva!).
Llegué a la oficina a la 1:00am y el equipo de desarrollo todavía estaba ahí trabajando! Alguien me preguntó: "¿Pues qué no estabas hace rato que hablamos en Guadalajara?".

Como nota al margen, el primer motor del Escort fallaría catastróficamente el siguiente fin de semana, pero no creemos que recorrer 120 kilómetros de montaña a 100 kms/hr promedio haya tenido nada que ver en ello

miércoles, enero 20, 2010

9 Viajes que no debí haber sobrevivido y que (necia y obviamente) sobreviví. Parte 3

Jerez, Zac. a Guadalupe Zac. 60 kms, 22 minutos (Grétel) Noviembre 1998. Chrysler Phantom.
¿Qué ocurre cuando se está acabando el semestre y se te hace tarde un lunes por la mañana cuando estás en el límite de faltas de una de esas materias sin sentido que por ningún motivo quisieras reprobar y mucho menos volver a llevar? Le pisas al acelerador e incluso rebasas a un vehículo que va rebasando a otro (¡en una carretera simple de 2 carriles!). Definitivamente una racha de velocidad memorable. No fue el primer día que corrí ese auto, pero sí fue un evento que contribuyó a la simbiosis Xig-Phantom que caracterizaría los siguientes meses. Me pregunto si mi hermana ya habrá olvidado la agradable experiencia. Lo bueno es que llegué a tiempo y no tuve faltas adicionales.

lunes, enero 18, 2010

9 Viajes que no debí haber sobrevivido y que (necia y obviamente) sobreviví. Parte 2

Monterrey, N.L. a Jerez, Zac. 500 kms, 4hrs 1 minuto. (Anita, Evelyn) Diciembre 2008. Suzuki Swift.
Para variar, en esta vida de Ingeniero de Software/Speed Racer, las desveladas y las altas velocidades son el pan de todos los días. Esa noche de diciembre no sería la excepción. Para poder ir a Zacatecas durante las fiestas decembrinas, tuve que estar muchos días trabajando a marchas forzadas, era normal que dieran las 3 ó 4 de la madrugada aún trabajando y para las 8am ya estaba de regreso en la oficina después de haber dejado a Anita y a Evelyn en trabajo y guardería respectivamente. Esa noche, ellas llegaron por mí a la oficina a la 1:00am y para la 1:30 estába rascando la ventanilla del drive thru del Carl's Jr. para que me alimentaran. No lo hicieron.

A las 2:00am ya había llenado el tanque de combustible y había comprado mi ración de comida chatarra que no puede faltar durante un viaje nocturno, además de una Coca Cola de 1 litro y un mítico y poderoso Red Bull. ¡Y a iniciar el viaje!.

El setting mental era el siguiente: "no importa lo que falte de camino, al primer indicio de que tenga sueño, me detengo a descansar un rato". 150 kms/hr y a las 6:01am estaba terminando de estacionar el Swift afuera de la casa de mi suegros. Una de mis grandes imprudencias (y eso que esta serie de posts está llena de ellas) pues viajaba mi familia conmigo. El sueño sólo durmió a esa parte de mí que hace el esfuerzo sobrehumano de no permitirme conducir siempre con el acelerador hasta el fondo.

jueves, enero 14, 2010

9 Viajes que no debí haber sobrevivido y que (necia y obviamente) sobreviví. Parte 1

La vida está llena de sorpresas. Aseveración que por sí misma no debe representar sorpresa para nadie. Sin embargo si hay algo que puede estar más lleno de sorpresas que la vida misma, es una carretera cuando uno tiene la sensatez imprudencia de no escuchar al cobarde instinto de supervivencia.

Originalmente había pensado en publicar una reseña de los accidentes automovilísticos en que he participado, pero la lista resultó más pequeña de lo que creía, aún incluyendo mi choque de Agosto 2009 que fue lo que me motivio a iniciar este post que ha estado pendiente de ser terminado desde entonces.

Durante los siguientes días, iré publicando los 9 viajes que he realizado donde, viéndolo en retrospectiva, tal vez me excedí un poco, pero que dadas las circunstancias, volvería a hacer. Para cada uno, incluyo la descripción de origen, destino, distancia, tiempo del viaje, acompañantes (en caso de haberlos), fecha del viaje y el auto en cuestión al que le tocó la fortuna de estar bajo mi control[citation needed].


Aguascalientes, Ags. a Guadalupe, Zac. 110 kms, 40 mins. (Beth, JL, Viejo) Septiembre 2003. Ford Escort.
Era la primer reunión que teníamos con el cliente después de aquel viaje en que regresamos con extensión de contrato, cuando sabíamos que lo más saludable para nosotros era cancelarlo. De alguna forma las cosas no se veían bien. Nos habíamos extendido varias horas más de lo planeado. No recuerdo quien, pero alguien tenía prisa por regresar a Zacatecas. Y la carrera inició. No era la primera vez que corría el Escort, pero sí sería la primera vez que fuera cargado. Si mal no recuerdo necesitabamos llegar antes de las 6pm, y salimos de allá a las 5:20pm. Una de las pocas veces que vi el velocimetro arriba de 190 kms/hr en ese auto. Las llantas Michelin X-Radial, que en ese entonces estaban casi nuevas, definitivamente ayudaron en las curvas.

La verdad es que no recuerdo si alguien se quejó de la velocidad, pero en esos tiempos mi ego estaba convencido de que en igualdad de circunstancias no había mucha diferencia con cierto campeón (hasta entonces 6 veces) de F1.

Tal vez era una metáfora a la forma en como había estado afrontando el proyecto. Pero metáfora o no, el hecho de que nunca haya recorrido la carretera Zacatecas-Aguascalientes en menos tiempo (aún en autos más rápidos) es testimonio de que esa tarde fue interesante.